Hoy, los eurodiputados y eurodiputadas están debatiendo el informe del ex primer ministro italiano, Enrico Letta, sobre el futuro del mercado único de la UE: “Mucho más que un mercado”. Los Socialistas y Demócratas acogen con satisfacción el informe y creen firmemente que solo un mercado único más fuerte y más social podrá mejorar la vida de la ciudadanía al garantizar un alto nivel de protección de los trabajadores y trabajadoras y consumidores y consumidoras con productos seguros y de calidad y promover unas elevadas normas sociales, los derechos de los trabajadores y una economía sostenible.
Durante el pasado mandato, los Socialistas y Demócratas han contribuido enormemente a lograr que el mercado único de la UE sea más social y proteja los derechos de los trabajadores y trabajadoras y los consumidores y consumidoras. A lo largo de la pasada legislatura, el Grupo S&D consiguió leyes europeas pioneras que protegen a la ciudadanía frente a la desinformación, garantizan unos salarios mínimos adecuados y salvaguardan los derechos de los trabajadores y trabajadoras de plataforma. La familia progresista también ofreció legislación de la UE innovadora en materia de inteligencia artificial, que contempla los derechos fundamentales, así como la primera ley que prohíbe los productos fabricados con trabajo forzoso. No obstante, todavía queda mucho por hacer en este sentido.
Instamos a la Comisión Europea a que tome medidas para consolidar uno de los mayores logros de la UE.
Gabriele Bischoff, vicepresidenta del Grupo S&D responsable de economía sostenible, Europa social y el mercado único, ha declarado:
“Inspirado en la visión del mercado único que nos brindó Jacques Delors hace 35 años, el informe de Enrico Letta nos recuerda que la Unión Europea es mucho más que un simple mercado interior: es una comunidad construida sobre una base de valores comunes. A lo largo de los años, el mercado único no solo ha sido un motor de crecimiento económico sino también un catalizador de progreso social que ha elevado el nivel de vida en todo el continente. Ha demostrado que el desarrollo económico y la justicia social no son fuerzas opuestas sino pilares complementarios de una sociedad justa y próspera.
“Cualquier evolución que se produzca en el mercado único debe incluir una verdadera dimensión social que garantice justicia social y cohesión para todos los europeos y europeas. Debemos velar por unas oportunidades equitativas, proteger los derechos de los trabajadores y trabajadoras, reducir las desigualdades y promover la solidaridad y el bienestar de todas las personas, de acuerdo con los valores del pilar europeo de derechos sociales. El éxito del mercado único siempre ha radicado en su doble enfoque: no solo fomentar la competitividad y el crecimiento sino también mejorar las condiciones de vida de los europeos y europeas. Una fuerte dimensión social en el mercado único no es una opción, es imprescindible”.
Laura Ballarín, eurodiputada del Grupo S&D y coordinadora en la comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor, ha manifestado:
“El mercado único está presente en la vida cotidiana de nuestros ciudadanos y ciudadanas. Les ofrece una mayor elección en cuanto a bienes y servicios, pero también debe ser una herramienta con la que mejorar su bienestar y protección en medio de la rápida transformación digital, que en muchos casos conduce a adicciones digitales. Es un hecho que muchos servicios en línea, como las redes sociales, los sitios de streaming y los mercados en línea, están diseñados para mantenernos enganchados al ratón. Esto está afectando a la salud mental de las personas, especialmente de los niños y niñas y la juventud, lo que provoca riesgos y daños relacionados con el comportamiento. Esta debe ser una prioridad para la nueva Comisión.
“La protección de los consumidores y consumidoras también conlleva proteger su ‘derecho a permanecer’ y prosperar en el lugar donde viven. Aunque las plataformas en línea han potenciado enormemente el turismo y aportado desarrollo económico, también han originado la denominada ‘airbnbización’ de las ciudades europeas, que repercute negativamente en la asequibilidad y habitabilidad de la vivienda. Este problema afecta a los trabajadores y trabajadoras y a las familias que luchan contra un mercado inmobiliario fuera de control. La vivienda es una prioridad para los Socialistas y Demócratas y, en este nuevo mandato, seguiremos presionando para establecer normas claras sobre los alquileres de alojamientos de corta duración a fin de regular un sector que no para de crecer”.