Hoy, el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo se han unido en las negociaciones finales para frustrar los intentos de la derecha de debilitar la histórica Ley de deforestación de la UE.
Los Socialistas y Demócratas han desempeñado un papel fundamental en la consecución de este resultado. Aceptaron la propuesta pragmática de la Comisión Europea de aplazar un año la aplicación de la ley, y lucharon por garantizar que su fondo permaneciera intacto a pesar de los esfuerzos del Partido Popular Europeo (PPE) y de las facciones de la extrema derecha por diluirla considerablemente.
El compromiso alcanzado garantiza que la ley siga constituyendo una poderosa herramienta para impedir que los productos relacionados con la deforestación entren en el mercado de la UE, al tiempo que ofrece a las empresas y a los reguladores más tiempo para adaptarse.
Delara Burkhardt, negociadora de la ley en nombre del Grupo S&D, ha declarado:
“Hoy, hemos logrado poner fin al bochornoso espectáculo orquestado por el Grupo del PPE y al estancamiento que esto ha ocasionado para las empresas. El comportamiento del PPE ha sido irresponsable. Con sus juegos políticos, han creado incertidumbre para las empresas y dañado la reputación del Parlamento Europeo como socio negociador serio. En lugar de buscar una amplia mayoría en el centro, el Grupo del PPE prefirió coquetear con la extrema derecha, a pesar de que siempre estuvo claro que sus propuestas de enmienda a medio hacer no tenían posibilidades de prosperar con el Consejo y la Comisión. Desde el principio, los socialdemócratas propusimos una solución que ahora se ve reflejada en el resultado final. Esta consiste en posponer ligeramente el Reglamento sobre la deforestación un año y exigir un compromiso por parte de la Comisión Europea con mayores medidas de apoyo a las empresas. Esto brindará a las empresas un tiempo y una asistencia adicionales suficientes para prepararse de cara a la aplicación del Reglamento”.
Notas para los redactores/as:
La presión en contra ejercida por el PPE y los grupos de la extrema derecha se centró principalmente en un controvertido sistema de clasificación de “riesgo cero”. Este sistema habría creado un injusto doble rasero al dividir a los Estados miembros de la UE en distintas categorías de riesgo, lo que habría conllevado una ejecución irregular y socavado la eficacia de la ley. Los negociadores rechazaron firmemente este enfoque, salvaguardando el compromiso de la UE con una lucha justa y eficaz contra la deforestación.
La Ley de deforestación de la UE establece un referente mundial para el comercio sostenible. Exige que las empresas velen por que sus productos estén libres de deforestación antes de entrar en el mercado de la UE, lo que fortalece el liderazgo de la UE en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Gracias a su determinación de hoy, la UE reafirma su papel como líder mundial en el cumplimiento de sus compromisos medioambientales internacionales.