En 2022, la Comisión atendió a nuestras peticiones de una revisión y actualización exhaustivas del enfoque sobre comercio y desarrollo sostenible de la UE con un proceso de reforma. La nueva estrategia refleja mejor nuestros principios progresistas e incluye un mecanismo de ejecución reforzado para las disposiciones ambientales y laborales, hojas de ruta para la aplicación de la sostenibilidad y concede un papel más destacado de la sociedad civil. En la última parte de esta legislatura, hemos visto este enfoque reflejado en los acuerdos con el Reino Unido y Nueva Zelanda, que prevén sanciones como último recurso para ejecutar el capítulo de Comercio y Desarrollo Sostenible de los acuerdos. Lo consideramos un punto de referencia para futuros acuerdos.
Esta legislación emblemática se puso en marcha tras una fuerte campaña por parte de nuestro Grupo y las negociaciones están siendo dirigidas por el S&D. Estamos luchando para garantizar que se incluyan todos los productos y empresas para que ningún producto de la esclavitud moderna acabe en nuestro mercado. Pedimos una actuación rápida en los casos de trabajo forzoso generalizado patrocinado por el Estado, y que las víctimas sean indemnizadas.
El acuerdo comercial con Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) todavía no se ha presentado al Parlamento para someterse a una votación vinculante, pero incluso antes de esto, los y las Socialistas y Demócratas ya lideraron las demandas de disposiciones adicionales sobre protección medioambiental y lucha contra la deforestación. Hemos conseguido una nueva propuesta de la Comisión con medidas adicionales para mejorar la protección de la región del Amazonas y reforzar la sostenibilidad, que todavía se está negociando con los socios de Mercosur.
Nuestro Grupo insistió en que, paralelamente a las negociaciones para un acuerdo comercial con Vietnam, esperábamos que el país reformara su Código del Trabajo y ratificara los convenios fundamentales pendientes de la Organización Internacional del Trabajo. La Asamblea Nacional de Vietnam aprobó el acuerdo comercial el mismo día que aprobó una amplia reforma de su legislación laboral y ratificó el convenio de la Organización Internacional del Trabajo sobre el trabajo forzoso. El acuerdo comercial proporciona ahora una base sólida para que la UE supervise su aplicación, entre otras cosas a través de mecanismos formales con la sociedad civil europea y vietnamita.
El Tratado sobre la Carta de la Energía es un acuerdo de inversión obsoleto que protege las inversiones en el sector energético en 53 países (principalmente europeos). A lo largo de los últimos 30 años, ha sido utilizado por las empresas energéticas para emprender acciones legales contra medidas gubernamentales, a menudo dentro de la UE, cuya finalidad era cumplir los objetivos del Pacto Verde. Nuestro Grupo ha encabezado la campaña para salir del acuerdo y finalmente, en reconocimiento de esta realidad, la Comisión propuso en 2023 una salida coordinada de la UE y sus Estados miembros.
Nuestro Grupo lleva mucho tiempo luchando para que se preste mayor atención a los efectos de las políticas comerciales en las mujeres, y a los mecanismos para hacer frente a la discriminación. Como consecuencia, los dos acuerdos recientemente negociados con Nueva Zelanda y Chile contienen secciones específicas sobre comercio y género con compromisos de aplicar los convenios internacionales pertinentes, acuerdos conjuntos para no debilitar la protección de las mujeres e iniciativas conjuntas para maximizar la participación de las mujeres en el comercio.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) sigue estando en el centro de la regulación equitativa del comercio mundial y la UE debe seguir siendo un líder comprometido en su defensa. Los recientes éxitos en la reforma de las subvenciones a la pesca y la cooperación en la respuesta a la pandemia han promovido una revitalización de la organización. La profunda reforma de la organización es una prioridad urgente para garantizar que esté a la altura de los retos del siglo XXI. Aguardamos con impaciencia una reforma que abarque los tres pilares: la negociación y el seguimiento, el mecanismo de solución de diferencias y el desbloqueo del actual punto muerto en la aplicación de las normas mundiales. Animamos a los países a que se unan al procedimiento arbitral de apelación provisional entre varias partes mientras el Órgano de Apelación siga bloqueado.
La pandemia mundial que puso de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de suministro, la invasión rusa de Ucrania y la instrumentalización de la política comercial por parte de China han revelado la acuciante necesidad de garantizar que nuestra política comercial pueda resistir las presiones mundiales. Hemos defendido una mayor apertura del mercado de la UE a Ucrania para apoyar su economía, junto con medidas de apoyo para los productores europeos afectados, y hemos aumentado el acceso al mercado para los países vecinos que afrontan enormes presiones por parte de Rusia. Nuestro Grupo está impulsando firmemente la apertura de negociaciones con Taiwán con vistas a un acuerdo de inversión, al tiempo que defiende la política de “una sola China”. Instamos a seguir reduciendo los riesgos de las cadenas de suministro y a diversificarlas, así como a reforzar la cooperación con socios afines para garantizar un suministro fiable de materias primas fundamentales. Apoyamos que se siga desarrollando la Estrategia Europea de Seguridad Económica, lo que incluye reforzar el control de las inversiones entrantes para proteger las infraestructuras críticas. Estamos a favor de desarrollar la estrategia de la Región Indopacífica y las negociaciones comerciales con socios del Sudeste Asiático, pero no a cualquier precio y solo desde la firme defensa de las normas y valores de la UE. Respaldamos unas sólidas relaciones transatlánticas y la creación del Consejo de Comercio y Tecnología. Trabajamos para estrechar los lazos con América Latina y estamos invirtiendo capital político y técnico para ultimar los acuerdos con Mercosur, México y Chile.
Hemos luchado sistemáticamente por iniciativas que impidan la explotación de las personas en el comercio internacional. Estamos a la cabeza de las negociaciones de la nueva legislación sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad, que exigirá a las empresas que realicen controles medioambientales y sobre derechos humanos en sus cadenas de valor. También estamos liderando la iniciativa del Reglamento sobre trabajo forzoso para prohibir que los productos fabricados a costa de la esclavitud moderna se vendan en el mercado de la UE, con compensaciones para las víctimas en cualquier parte del mundo que se encuentren. Somos firmes defensores de la legislación sobre minerales de guerra destinada a garantizar que los principales metales utilizados en la UE no aviven la violencia. Instamos a que se apliquen correctamente las normas vigentes sobre productos de doble uso, que exigen controles de las exportaciones de artículos que tienen un uso tanto civil como militar, para garantizar que no se utilicen para cometer violaciones de los derechos humanos. Una década después de la catástrofe de la fábrica textil del Rana Plaza en Bangladés, todavía queda mucho por hacer en el sector textil para proteger a los trabajadores y trabajadoras, sanear la moda rápida y garantizar el cumplimiento de las normas de la Organización Internacional del Trabajo. Deseamos que se acelere el trabajo en la Iniciativa del Cacao para afrontar el trabajo infantil y la deforestación en la cadena de suministro del chocolate.
En esta legislatura, hemos logrado una revisión exhaustiva y una reforma progresista de la estrategia de comercio y desarrollo sostenible de la UE. La Resolución que adoptamos para acoger el nuevo planteamiento y orientar a la Comisión en su aplicación supuso un gran avance. Ahora insistimos firmemente en que este nuevo enfoque debe reflejarse en acuerdos comerciales nuevos y actualizados. Tras muchos años liderando los llamamientos en favor de una aplicación basada en sanciones, celebramos su inclusión en los recientes acuerdos comerciales, lo que constituye ahora la regla de oro para futuros acuerdos. Apoyamos decididamente los objetivos climáticos del Acuerdo de París como elemento esencial de los acuerdos comerciales, y esperamos compromisos firmes sobre la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, medidas de apoyo al Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono para garantizar una fijación justa del precio del carbono entre los bienes fabricados en la UE e importados y la liberalización de los bienes y servicios ecológicos, con una actualización periódica de la lista de productos y servicios que pueden acogerse. Apoyamos compromisos comerciales firmes sobre sistemas alimentarios sostenibles, protección de la biodiversidad, mejoras de las normas de bienestar animal y la promoción conjunta de objetivos de economía circular. Insistimos en cláusulas de no regresión para que ninguna de las partes pueda debilitar las normas e instamos a los socios a que actúen con mayor rapidez en caso de retroceso medioambiental. Apoyamos firmemente las iniciativas comerciales contra la deforestación, incluido el Reglamento sobre la deforestación y los acuerdos de ejecución del derecho forestal con países socios para regular el comercio legal de madera y brindar apoyo a las comunidades locales y a los pequeños productores afectados por la deforestación.
Insistimos en que las preferencias comerciales para los países en desarrollo y los países menos adelantados deben ser asimétricas y apoyar la diversificación. Los países en desarrollo y los países menos adelantados ricos en minerales deben ser capaces de desarrollar industrias de transformación y no depender únicamente de la exportación de materias primas. Creemos que las preferencias comerciales de la UE deben estar indisociablemente vinculadas a la promoción de los derechos humanos, los derechos laborales, las normas medioambientales y el buen gobierno a fin de desarrollar un crecimiento sostenible. Instamos a que se emprendan acciones más rápidas cuando los países incumplan sistemáticamente sus compromisos internacionales en estos ámbitos y a que se recurra en mayor medida a intensificar la colaboración con los países especialmente vulnerables para evitar nuevos retrocesos. Estamos colaborando de forma constructiva con los países de África, del Caribe y del Pacífico para establecer Acuerdos de Asociación Económica equitativos y sostenibles, así como una reforma del Sistema de Preferencias Generalizadas para ayudar a los países en desarrollo a acceder al mercado de la UE: para nuestro Grupo, esto nunca vendrá acompañado de la condicionalidad de la cooperación en materia de migración.
Creemos que la UE se encuentra en una coyuntura decisiva para garantizar que nuestros acuerdos comerciales y de inversión sigan siendo adecuados para el siglo XXI. Favorecemos la inclusión de nuevas disposiciones sobre comercio digital y el uso de innovaciones como la cadena de bloques para facilitar el comercio de bienes. Acogemos con satisfacción las asociaciones digitales independientes que se están negociando con determinados socios, así como los exhaustivos capítulos en materia digital de los acuerdos de libre comercio. Apoyamos plenamente las negociaciones sobre comercio electrónico que tienen lugar en la OMC.
Respaldamos plenamente la aplicación coherente y justa de las normas comerciales y la necesidad de que la UE defienda nuestra soberanía y autonomía. Reconocemos que esto exige soluciones tanto multilaterales como bilaterales a las disputas comerciales, especialmente mientras la solución de diferencias de la OMC siga bloqueada. Apoyamos firmemente las nuevas normas actualizadas de la UE sobre la ejecución de las obligaciones comerciales cuando los países socios las incumplan. Nuestro Grupo también ha encabezado la creación del nuevo Instrumento Anticoercitivo que dota a la Unión de los medios para actuar cuando se enfrente a coerción económica por parte de terceros países, lo que constituye un elemento fundamental del conjunto de instrumentos sobre seguridad económica.